LO QUE CREEN LOS CRISTIANOS EVANGÉLICOS
Por Francisco Martín Alonso (1926-1986)
He aquí un extracto de nuestras creencias:
CREEMOS en un solo Dios Creador
de todas las cosas (génesis 1:1; Isaías 45:22; colosenses 1:16).
CREEMOS que Dios es Trino: Padre,
Hijo y Espíritu Santo; tres personas distintas y un solo Dios verdadero
(Isaías 9:6-7; Juan 1:1; Romanos 9:5; Efesios 4:6).
CREEMOS el Misterio de la Encarnación;
esto es, que la bienaventurada Virgen María concibió por obra
y gracia del Espíritu santo (Lucas 1:29-30-35: Mateo 1:18).
CREEMOS que la segunda persona
de la Santísima Trinidad ya existía en al eternidad, pero que
por el Misterio de la Encarnación, participó de la naturaleza
humana, siendo así el “ENMANUEL” (con nosotros Dios) (Mateo
1:23), “Dios manifestado en Carne” (1ª Timoteo 3:16).
CREEMOS que por ser Jesucristo
verdadero Dios y verdadero Hombre (sin pecado) su sacrificio en la Cruz fue
de infinito valor para redimirnos de nuestros pecados (Juan 1:18; Romanos 9:5;
Tito 2:14; Hebreos 4:15; Apocalipsis 5:9).
CREEMOS que la Biblia es la palabra
de Dios, escrita por hombres pero bajo la dirección e inspiración
del Espíritu Santo y creemos TODO cuanto en ella se dice (2ª Pedro
1:20-21).
CREEMOS que hay un cielo y un
infierno; un cielo que es la morada de Dios y donde irán a gozar todos
los redimidos por Cristo y un infierno preparado para el Diablo y sus ángeles
y para cuantos no aceptan la salvación que Dios ha provisto por medio
de Cristo (Mateo 23:33; Lucas 12:5; Juan 14:2).
CREEMOS que Jesús murió
por nuestros pecados y que resucitó para nuestra justificación
(Romanos 4:25).
CREEMOS que Jesús resucitado
ascendió a los cielos donde está a la diestra del Padre y donde
también intercede por nosotros (Romanos 8:34).
CREEMOS que Jesucristo es el
único mediador entre Dios y los hombres. “Porque hay un solo Dios
y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1ª
Timoteo 2:5).
CREEMOS que todo hombre es pecador,
no sólo por ser descendiente de Adán, sino porque él mismo
ha pecado voluntariamente y, como la Biblia dice: “No hay justo ni aun
uno” (Romanos 3:10).
CREEMOS que el hombre es justificado
solamente por la fe: “¿Qué pues, diremos que halló
Abraham, nuestro padre según la carne? Porque si Abraham fue justificado
por las obras, ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a
Dios, y le fue contado por justicia. Pero el que obra, no se le cuenta el salario
como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica
al impío, su fe le es contado por justicia” (Romanos 4:1-5).
CREEMOS que Jesucristo fue DADO
para que los hombres pudiéramos ser salvos, “Porque de tal manera
amó Dios al mundo que ha DADO ha su Hijo unigénito para que todo
aquel que en El crea no se pierda más tenga vida eterna”. (Juan
3:16). Y San Pedro dice; “Y en ningún otro hay salvación
(fuera de Cristo) porque no hay otro nombre bajo el cielo DADO a los hombres,
en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
CREEMOS que el creyente en Cristo,
es decir, el que con una fe viva cree que Jesucristo murió por sus pecados
y le acepta como su único y suficiente Salvador, ya en este tiempo tiene
la seguridad de la vida eterna. Jesús dijo: “De cierto, de cierto
os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna;
y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”
(Juan 5:24). “El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).
“El que cree en Mí tiene vida eterna” (Juan 6:47).
CREEMOS que las obras no son
meritorias para la salvación. San Pablo dice: “Porque por gracia
sois salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
no por obras para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9)
CREEMOS que el cristiano tiene que hacer buenas obras, no para ser salvo, sino
porque ya ha sido salvo. Las buenas obras opondrán de manifiesto la vida
espiritual del creyente. “Por sus frutos los conoceréis”
(Mateo 7:16). “No puede el buen árbol dar malos frutos” (Mateo
7:18).
EN DEFINITIVA: Creemos que aunque
todo hombre es pecador y es incapaz por su esfuerzo de conseguir la salvación
de su alma: TODO hombre puede ser salvo. Cristo, que como ya hemos dicho era
Dios y hombre a la vez, reincorporó sobre su persona a toda la humanidad
que él mismo había creado y satisfizo todas las exigencias de
la justicia divina en orden al pecado; de manera que el hombre, mediante el
arrepentimiento de sus pecados y la fe en el Salvador puede ser salvo, sin necesidad
de ceremonias religiosas ni esfuerzos humanos.
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